«Ternura. No pido más. Me seducen aquellas personas que no limitan ni un poco sus emociones, que no aprendieron a economizar sentimientos.»
Una vez más, año tras año, tenemos entre nuestras manos, este precioso cuento. Un cuento que reconforta y que da calor a nuestra vida, en estos fríos días del invierno.
Es un cuento amoroso con ilustraciones cuidadas y un texto lleno de ternura.

Rompe estereotipos. La tendencia natural del lobo es comerse a la ovejita. ¡Le encanta!….
¡Santo cielo! ¡Cómo voy a comerme a una ovejita que tiene tanto frío, que tiene tanta hambre, que tiene hipo!
– exclama, en varias ocasiones-.
El viejo lobo, a través de la ovejita, descubre un montón de sensaciones nuevas:
– La ovejita, dormida sobre su hombro, le da un sonoro beso al despertar…
– ¡Mua! ¡Te quiero bobo!… Y al lobo le gusta.
El viejo lobo se transforma. Tiene sentimientos encontrados:
– ¡Me la comoooo!
– ¡ La quieroooo!
Descubre lo importante que es compartir la vida con alguien, cuidarlo, quererlo y sentirse querido.
¿Que buscan nuestros niños/as?
Igual que el lobo, están hambrientos de cariño, de mimos, de cuidados, de atención, de acogimiento, de protección…
A los más mayorcitos les encanta!
A los pequeñitos, les gustan la oveja y el lobo en movimiento… Y… se levantan, se sientan, tiran del rabo al lobo, se los quieren comer…
¡Ambientazo natural!
Se muestran tal como son:
Naturales y espontáneos.