
Hoy he decidido sentarme tranquilamente a observar a mis niños/as…» toca, juego libre».
Hay un despliegue de juguetes y artefactos por todas partes y por todos los rincones y los niños/as parece que se han multiplicado por diez.
_ Veo a dos niñas tirar con toda su fuerza de un cochecito y me pregunto si conseguirán estirarlo… ¡quién sabe!
_ Otros niños » están de trueque»…
_ ¡mira qué bonito! ¡Te lo doy!
_ Y… ¿me das el balón y cambiamos?
_ Hay quienes se sienten agobiados por el desorden e intentan poner remedio…
_ ¡A recoger! …juegan al yo ordenó y yo desordeno.
Va pasando el tiempo…
Estoy atónita, me cuesta no tomar partido y no intervenir…
Me pregunto: _ ¿Para qué sirven los juguetes?
¡Ay, ay, ay!.. Esos juguetes que lo tienen todo: bonitos, llenos de colorido, con ruiditos
..¡Esas muñecas preciosas! de ojos azules y cabellos llenos de tirabuzones, que a veces parece que hablan… ¡ay, ay, ay!!
Esos cochecitos a los que no les faltan de nadaaa y corren a toda velocidad y sin gastar combustible. ¡Genial!
¿Para qué sirven estos artefactos llenos de color y de detalles?
_ Pues… para muchas cosas: para fomentar la imaginación, para pelear con sus compañeros, para fomentar el sentido de posesión, para….¿?
_ Pero… ¿para algo servirán?
_ Naturalmente: _para aprender a compartir.
_ desarrollar la función simbólica.
_ desarrollar el ingenio y aprender estrategias.
_ aprender a ordenar.
Estos juguetes en breve espacio de tiempo pierden todo interés… ¿por qué será?
Y, surge la pregunta: ¿con qué les gusta a los niños/as jugar?
_ Cajas, lazos, papeles, piedras, ramas, palos…
_ ¿Por qué?
_ Porque no dan todo hecho y dejan margen al asombro y a la imaginación.




